21 de marzo, Día Internacional de los Bosques


  • La tala y la deforestación, en particular de bosques tropicales, está permitiendo que los humanos entren en contacto con patógenos a los que no habíamos estado expuestos antes
  • Según la organización Global Forest Watch, desde 2001 a 2018 se ha producido una pérdida de 361 millones de hectáreas de cubierta arbórea a nivel mundial, lo que supone una reducción del 9% desde el año 2000
  • Greenpeace espera que la “reconstrucción social y económica”, tras esta crisis del coronavirus, integre, como una oportunidad, la lucha contra la emergencia climática y ambiental

En el Día Internacional de los Bosques, que se celebra mañana, Greenpeace recuerda que la tala y la deforestación, en particular en los bosques tropicales de la Amazonia y la Cuenca del Congo, está permitiendo quelos seres humanos entren en contacto con poblaciones de fauna silvestre portadores de virus, bacterias y otros microorganismos(patógenos zoonóticos) a los que generalmente los seres humanos no habían estado expuestos.

“Si no asumimos el valor de los servicios que nos ofrecen los ecosistemas, la necesidad de gestionar correctamente los recursos naturales y el hecho de que vivimos en un planeta con límites biofísicos,nos veremos abocados a crisis cada vez más frecuentes y más severas, a las que pondremos el adjetivo de sanitarias, climáticas o migratorias, pero que tienen como elemento común un problema sistémico”, ha declarado Miguel Ángel Soto, portavoz de Greenpeace España.

Greenpeace se solidariza con los familiares de las personas fallecidas y con las afectadas por el COVID-19, prioridad absoluta en este momento, y recuerda que es importante seguir poniendo de relieve estas realidades, por lo que puedan generar en términos de prevención a futuro.

Se estima queel 58% de las enfermedades infecciosas proceden de los animales, son zoonóticas, así como el 73% de los patógenos emergentes o reemergentes (1).

Más de dos tercios de las enfermedades zoonóticas se originan en la fauna silvestre y en los últimos 50 años,ha habido un gran aumento de las enfermedades emergentesque se han atribuido a la invasión humana del hábitat, en particular en los “puntos calientes” de las enfermedades en las regiones tropicales (2).

Un estudio afirmó que alrededor del30% de los brotes de enfermedades nuevas y emergentes como el virus Nipah, Zika y el Ébola están relacionados, precisamente, con estos cambios de uso de la tierra. (3)

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La tala, la caza, la alimentación y el tráfico internacional de fauna silvestre plantean un riesgo considerable de transmisión de patógenosentre especies. Y, debido a las altas densidades de población y al comercio internacional, los efectos de esta transmisión pueden extenderse por todo el mundo.

Aunque la deforestación de los bosques tropicales está aumentando el riesgo de transmisión entre la vida silvestre y los seres humanos, parece que la tala selectiva plantea un peligro aún mayor, ya que las zonas de tala retienen la diversidad biológica mucho más que las zonas de desmonte o los bosques quemados. Por lo tanto, la probabilidad de entrar en contacto con enfermedades zoonóticas es mucho mayor (4).



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